Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. ¿203 años de ser libres, soberanos en independientes? Ni libres, ni soberanos y tampoco independientes. Hoy 15 de septiembre solo es una fecha para recordar en el calendario cívico nacional un hecho histórico que aconteció en la Capitanía General de Guatemala en 1921, sin embargo, muy a nuestros pesares, estamos celebrando el día de la “Patria Grande”. Ocasión propicia para sentir orgullo por lo nuestro, por lo que somos como pueblo y nación, con el deber de rescatar nuestra soberanía.
No escribiré la historia total de los hechos que dieron origen a la proclamación de la independencia, ya existen muchos tratados sobre este tema y las circunstancias políticas y sociales de aquella época donde también estuvieron en juego los intereses colonialistas de los “independentistas”.
¡Cuántos podemos decir hoy Patria para servirte estamos! ¿Cómo podemos inculcar este sentimiento a las presentes generaciones? No hay un claro ejemplo a seguir en este momento histórico que vive el país, pero sí, es oportuno echar una mirada a la historia y la vida de un verdadero estadista revolucionario como José Francisco Morazán Quezada. Mucho se viene hablando en el sistema educativo sobre la “Cátedra Morazánica”, pues ha llegado el momento de hablar y enseñar lo que recogen las páginas de la historia.
Es hora de conocer a Morazán desde la perspectiva de la revolución morazanista. Morazán fue indiscutiblemente, un revolucionario por sus ideas y sus actos. Durante los años juveniles tuvo la oportunidad de concurrir a la biblioteca personal de Dionisio de Herrera y estudiar, ayudado por este, gran cantidad de obras relacionadas con el pensamiento político y filosófico más avanzado de su tiempo. Puede, por tanto, inscribírsele a las mismas filas de quienes con mayor energía le dieron la batalla al feudalismo en tiempos de la Revolución Francesa de 1789.
Por eso Morazán fue algo más que un liberal, pues esta doctrina no representa, como suele decirse, el pensamiento de la ilustración que era irreconciliable con los intereses feudales. El liberalismo encarna más bien el arreglo entre la burguesía y los restos de la aristocracia. Dicho con otras palabras: la ilustración es el pensamiento de una burguesía aún revolucionaria, mientras el liberalismo lo es de una burguesía que se ha entendido, por temor al futuro, con sus contradicciones feudales.
¿Qué se proponía Francisco Morazán y por qué no pudo, para desgracia de estos pueblos, culminar su obra transformadora? Trató de llevar a cabo una revolución democrático-burguesa en el istmo centroamericano como medio para mantener unidos a estos países o sea una revolución que liquidara el feudalismo, le abriera el paso a capitalista autónomo y afianzara a la burguesía industrial como clase. Pero ese esfuerzo tropezó con dos grandes obstáculos para alcanzar los objetivos más altos: la resistencia implacable de las clases privilegiadas y la falta de una burguesía suficientemente fuerte para abrir la posibilidad de que, a los triunfos militares del gran estratega, se unieran también victorias económicas.
Lo primero obligó a Morazán a mantenerse en constante movilización, sin tener la calma necesaria para llevar a cabo las transformaciones del caso. Lo segundo determinó que fuera completamente imposible consolidar el proceso revolucionario y, de esa manera impedir el retorno del oscurantismo. Por ello, un programa revolucionario de tan largo alcance apenas pudo cumplirse en una mínima parte, insuficiente, claro está, para infligirles una derrota definitiva a las fuerzas portadoras del feudalismo”.
Antes de implementar de lleno la Cátedra Morazánica, es imprescindible conocer a Morazán en lo concerniente a la educación. Es en el gobierno de Morazán que se emitió la primera Lay de Educación, la cual tenía como objetivo la reorganización de la enseñanza pública y la universalización de la educación primaria. Se constituyó la escuela pública, se decretó la educación laica, gratuita y obligatoria. Morazán miraba a la educación como una guía para seguir y salir de la ignorancia, también la miraba como la destructora de los errores, Y también podemos ver que muchas instituciones de la actualidad siguen el pensamiento pedagógico morazánico como un estandarte de la educación.
Otro de los grandes logros de Morazán fue el legado social, al introducir la reforma religiosa de la libertad de cultos y de religión, así como la libertad de expresión y la libertad de conciencia plasmando derechos revolucionarios para aquellos años en la América Latina. En el caso de Honduras, introdujo la primera imprenta en Tegucigalpa en 1829, siendo el germen de la vida literaria, bibliográfica y periodística del país. Imposible sacar a Morazán de la historia, aunque lo hayan convertido en “turista”, con esa mal llamada semana morazánica. Respeto al héroe y, seguir su ejemplo plasmado en su testamento.
¿Qué celebramos hoy? Antes que una independencia. Hoy es el día de la Patria, sentimiento que se plasma en las escuelas y colegios celebrando con fervor este acontecimiento que registra la historia de todas las independencias de América. Los niños y esa juventud a la que Morazán llamó a seguir su ejemplo está hoy en las aldeas, pueblos y ciudades rindiendo honor y pleitesía a la patria de Morazán, Valle, Cabañas y de todos los hondureños.
Fuentes: www.google y Evolución histórica de Honduras