Indran Amirthanayagam o la palabra multilingüe

Indran Amirthanayagam es poeta, editor, editor de libros, traductor, anfitrión de YouTube y diplomático. Durante treinta años trabajó para su país adoptivo, Estados Unidos, en misiones diplomáticas en África, Asia, Europa, y América del Norte y del Sur. En 2020, Amirthanayagam logró un «récord mundial» al publicar tres colecciones de poesía escritas en tres idiomas diferentes. Escribe en inglés, español, francés, portugués y criollo haitiano. Ha publicado veinticuatro libros de poesía, entre ellos Isleño (R.I.L. Editores), Blue Window (Ventana Azul) (traducido por Jennifer Rathbun) (Diálogos Books), Ten Thousand Steps Against the Tyrant (BroadstoneBooks.com), The Migrant States, Coconuts on Mars, The Elephants of Reckoning (ganador del Premio de Poesía Paterson en 1994), Uncivil War y The Splintered Face: Tsunami Poems. En el ámbito musical, grabó Rankont Dout. Es editor de Beltway Poetry Quarterly (www.beltwaypoetry.com); escribe en https://indranamirthanayagam.blogspot.com; publica un poema semanal en Haiti en Marche y El Acento; y ha recibido becas de la Foundation for the Contemporary Arts, la New York Foundation for the Arts, el US/Mexico Fund for Culture y la Macdowell Colony. Fue nombrado Poeta Mundial IFLAC en 2022.

Amirthanayagam es el anfitrión de The Poetry Channel en YouTube (https://youtube.com/user/indranam). Sus nuevos libros incluyen Powèt nan po la (Poeta del Puerto) (MadHat Press, 2023) y Origami: Selected Poems of Manuel Ulacia (Diálogos Books, 2023). Indran publica libros de poesía junto a Sara Cahill Marron en Beltway Editions (www.beltwayeditions.com). Su libro Kont Anlèvman se publicará próximamente con Edisyon Freda en Haití. La primera colección de Amirthanayagam en portugués, Música Subterrânea, será publicada en 2024 por Editorial Kotter en Brasil. Seer será publicado en 2024 por Hanging Loose Press.

Un tico más

Esta vida nos regala de nuevo,
nos renueva en cualquier momento
menos esperado, que se escucha
un pájaro humano, una voz del pueblo
que va más allá de lo migrante hacia
las raíces cuando pájaro fue pájaro
y montaña montaña y tú una ángel

que nace en la conciencia para
despertarla y decir otra vez
en la página pública de la plaza
que si se puede amar de nuevo,
abrazar y cultivar el mango
de aquella grande semilla
que se queda ahora en la mano.

Música verbal

En las últimas horas
del festival me preguntan
sobre el futuro de la poesía,
su gestión en los medios,
en las bibliotecas,
en los escenarios. Respondo

con optimismo como
Whitman, que veo
una democracia
desarrollándose en vías
y rieles llenos de notas
musicales hechos en versos.

Crítica desconfiada

Nos hace falta la crítica
y un sentido desbordante
de lo nuevo en la redacción
de nuestros grandes medios.
La internet ha volado toda
certeza y nos ha dado tantos
espacios para publicar que
se ha vuelto imposible
el camino de una parada
digital a otra con el fin
de llegar ni tarde
ni temprano a Ítaca.

Doncella y mango

Si, cumple con su fama,
las chicas invocan mañanas
frescas y tardes con brisas
leves susurrando en las hojas
de los mangos tan altos
que han visto al menos
tres generaciones recoger
sus frutos. Si, mi abuelo
me decía que los mangos
fueron tan numerosos
y exquisitos cuando
era muchacho.

Plaza de Bolivar

Un hombre en bronce,
musculoso, desnudo,
montado de caballo,
el único Bolivar sin
ropa en espacios públicos
Colombianos, pero no se ve
el pene escondido encima
del lomo, el artista delicado,
respetuoso de la línea fina
entre lo derecho y lo obsceno.

Caminar la panza

Me preguntas si subió la panza
en Pereira y te digo que sí,
con muchas imágenes deliciosas
y unos jugos sin azúcar

que los dioses hubiesen disfrutado
si estuviesen alguna vez de parranda
por este eje bello del café
y de la poesía. Pero ya no

podemos esperar al Salvador,
dejando a otro día las cuestiones
vitales del sexo, vida y muerte.
Tomemos los cuernos ahora.

Que el cuerpo fuerte del buey
nos aplaste una vez para siempre.

Caber

No creo que vas a caber, poeta,
tu panza ya ha superado el confín
de tu torso, y hay otras cinco
personas en este elevador estrecho….

pero entro igual y le digo a ella,
y a todos, que tengo muchos
poemas bajo el ombligo y nunca
agotaré la tarea de mi oficio,

de escribir aun en el desierto
social del gordo buscando a su flaca.

Amor de vuelta

Llueve fuerte en la ciudad. Y no ha llegado ningún
otro poeta y tengo las manos vacías de poemas
y mi panza resistente a todo esfuerzo de aplastarla.
Y la edad sigue siendo consecutiva aunque vuelvo

a tierras de mis juegos en un ciclo de ir y venir
para ver la experiencia con otra cara como
un animal tratando de espantar su cola,
que nunca alcanzará la punta aún siguiendo

el instructivo de mis hermanos haitianos
de andar siempre con sombrero para evitar
cualquier mal paso hacia aquel callejón sin salida…
Mierda. Tarde o temprano. Mejor bésame ahora.

Mejor que te bese ahora. Mejor que nos juntemos
ya antes de la puerta del cementerio.

El día siguiente

En mi equipo juega Borges
en defensa, y en medio campo
Neruda, Cavafis y Hikmet,
y delantero según mi olfato

de entrenador–y mi reserva
fuerte y vasta–Yeats, Eliot,
o Sylvia Plath. No hay
posibilidades que tu equipo

de poetas fanfarrones gane
ni un partido. Acepta el dominio
de la lírica. En el campo
y en el escritorio. Que Dios

nos bendiga con paz después
de esta guerra siempre inútil.
Comamos pavo y camote.
Bebamos sidra.

Poética

En colores primarios y con sujeto
seguido por verbo y objeto la frase
da orden, es bella a la vista, y sigue
el código inteligible por todos,
del drama clásico: unidad de tiempo,
espacio y acción. Pero se dice

que cada frase es única, más bien
cada cerebro no tiene igual. Pues
¿por qué seguimos un orden
establecido? ¿Por qué no inventar
otra frase, otro orden, otro drama?

Y algunos lo hacen y proponen
que son creadores verdaderos
pero yo prefiero la música de las esferas.

Lana

Miedo, susto, incertidumbre, riesgo.
Y al día siguiente euforia, regocijo,
avaricia, milagro, y la paz que viene

del coito soñado. Así es mi día
en día al descubrir la bolsa
de valores–yo que fui socialista,

luchador por los derechos
de la gran sociedad, reducido
ahora al derecho de apostar.

Encontrado en la bolsa del migrante

Prefiero el verso corto y darle sentido
en plena luz. No me gusta fanfarronear
con el lenguaje, encerrarlo detrás
de un muro retórico. El verso debe ser

democrático, del pueblo, pero respetuoso
de las reglas gramaticales. No predigo
volar la lógica o el conocimiento
adquirido por la lectura. Finalmente

soy tímido, solitario, pero mi sentido
de libertad, y de cruzar fronteras
sin permiso, no tiene límite,
mi furia contra la tiranía tampoco,

y mi pluma vuelve espada y rompo
el verso, entro al río, y sigo escribiendo.

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