Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. ¿Qué dice la Biblia sobre los derechos de los niños? Hasta el siglo XX, no se pensaba mucho en el concepto de los derechos de los niños. Los niños eran básicamente propiedad de los padres, o, en algunos casos, se les consideraba pequeños adultos y los mandaban a trabajar en fábricas, fincas y en la calle.
En 1924 las Naciones Unidas adoptaron un tratado llamado “Declaración de los Derechos del Niño” y, desde ese entonces, se han hecho muchos intentos por parte de organizaciones como UNICEF, así como de diferentes países, para definir y defender los derechos de los niños. Sin embargo, la Declaración de los Derechos del Niño fue aprobada el 20 de diciembre de 1959 de manera unánime por 78 miembros que componían entonces la Organización de Naciones Unidas. Esta basada a su vez en la Declaración de Ginebra, sobre los Derechos, de 1924.
El Congreso Nacional de Honduras, considerando: Que en fecha 31 del mes de mayo de mil novecientos noventa, mediante Decreto No. 75-90, el Estado de Honduras ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, instrumento que reúne los principios esenciales para garantizar a la niñez el acceso a su bienestar general. Durante la gestión en la presidencia del Congreso Nacional de Carlos Roberto Flores fue aprobado el Condigo de la Niñez y la Adolescencia en 1996.
La pregunta introductoria a este tema, es ¿qué dice la Biblia sobre lo derechos de los niños? La Biblia no tiene mucho que decir sobre los derechos de los niños, y en cambio da instrucciones a los padres sobre la educación de los hijos. Efesios 6:4 dice: Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Muchos derechos de los niños están incluidos en ese mandamiento, pero su enfoque no está en el niño, sino en el padre.
Dios les da a los padres importantes mandatos sobre la formación de sus hijos y hace que el padre sea responsable de que se cumplan (Deuteronomio 6:1-2). Incluso cuando los hijos crecen, Dios espera que los padres establezcan límites cuando está a su alcance hacerlo. En 1 Samuel 3:13, Dios reprendió al sacerdote Eli porque sus hijos adultos eran malvados y se burlaban de la casa de Dios. Eli lo sabía, pero no los refrenó.
Si bien la idea de que los derechos de los niños son una garantía legalmente protegida puede sonar bien, la realidad puede ser desastrosa. Si los derechos de los niños incluyen el derecho a no ser disciplinados, entonces la desgracia y deshonra están a la vuelta de la esquina. La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre (Proverbios 29:15).
Muchos defensores de los derechos de los niños quieren que esos derechos sustituyan el derecho de los padres de instruir al niño en su camino (Proverbios 22:6). La mayoría de las declaraciones de los derechos del niño pisotean el derecho de los padres de disciplinar como lo consideren conveniente, de dar instrucción religiosa de acuerdo a su conciencia, incluso educar al niño de la manera que consideren correcta para él.
Son numerosos los casos en los que un tribunal, en nombre de un niño menor, ha castigado a los padres por no apoyar la cirugía transgénero, la terapia hormonal u otros procedimientos relacionados con la mutilación de un niño pequeño, declarando que el niño tiene derecho a la autodeterminación. Aunque todo ser humano debe ser tratado con dignidad y respeto como alguien creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27), los derechos especiales que solo corresponden a los niños hay que considerarlos con precaución.
En Honduras cada 10 de septiembre, en el marco de las fiestas patrias, celebramos el Día del Niño con piñatas y dulces y allí termina todo. Es solo una obligación dentro del calendario cívico, pero se olvidan de los verdaderos derechos y deberes de la niñez. Miles de niños desde una comunidad rural a los centros urbanos no tienen acceso a la educación, un techo digno y una alimentación segura. Sus derechos son violentados por el mismo Estado. Los padres irresponsables los mandan a las calles a mendigar y limpiar vidrios en los semáforos poniendo en riesgo sus vidas. El trabajo infantil, producto de la pobreza prevalece en pueblos, ciudades y comunidades rurales.
“La crisis de la familia actual por ausencia de valores y falta de comunicación que hoy en día viven las familias se debe a una incompatibilidad entre el proyecto humano y el plan de Dios, sobre esa comunidad familiar. Es contraproducente ver y observar cómo mientras parte de la sociedad y la Iglesia en general, hablan de las virtudes que debe tener una buena familia, llamándola incluso la base de la sociedad, es la familia misma la causante de la ausencia de virtudes en todos o en algunos de sus miembros, debido al alejamiento que ejercen sobre las buenas costumbres y el desprecio sobre los principios éticos y morales, que antes unían como una columna vertebral a los miembros de la familia y de la sociedad.
Esta bien celebrar el Día del Niño, es un derecho, pero que no termine con piñatas y dulces sino inculcando los valores que la misma familia alejó a sus propios hijos de Dios y las buenas costumbres. En medio de toda esta tragedia felicidades niños de mi patria.
Fuentes: Wikipedia: Escuela bíblica https:www.gotquestions.org