Brasil logró poner fin a la peor racha de su historia en eliminatorias, de tres derrotas seguidas y cuatro partidos sin ganar, con una victoria 1-0 contra Ecuador, aunque la Canarinha mostró que todavía tiene mucho que mejorar.
La Seleçao acabó silbada por la afición que llenó el estadio Couto Pereira en Curitiba (sur), adonde no jugaba desde hacía 21 años, aunque tampoco dejó ‘saudades’ entre la ‘torcida’ local.
Una vez más, como ya se vio contra Costa Rica y Uruguay en la Copa América, Brasil no logró encontrar soluciones cuando se enfrenta a defensas bien cerradas atrás que no dan espacios a sus delanteros.
Para jugar contra Ecuador, el seleccionador Dorival Junior optó por un ataque rápido y ligero, con Vinicius Junior y el debutante Luiz Henrique en las bandas y con Rodrygo de falso 9, pero la estrategia no cuajó.
Brasil dominó a placer la primera parte contra un rival encerrado atrás y que apenas llegó a la portería local en el descuento de la primera mitad.
No obstante, sin ideas en ataque, el dominio brasileño en el césped no se materializó en ocasiones de gol en la portería del veterano Hernán Galíndez.
Sin espacios para poder correr, Luiz Henrique apenas apareció, mientras que Vinicius, una vez más, decepcionó con la selección, con una actuación muy apagada.
A la Canarinha sólo le quedó un recurso, los disparos lejanos. Y fue así que logró el único gol con un remate desde fuera del área de Rodrygo a la media hora, que desvió ligeramente en la espalda de Willian Pacho, lo suficiente para que Galíndez no llegara al balón.
El juego aburrido de la Seleçao provocó que el público pidiera la entrada del joven Estevao, de 17 años, un extremo de gran talento y desequilibrio, justo en el momento en el que marcó el gol.
En la segunda parte, el guión cambió. Con el marcador adverso, Ecuador fue por el empate y dominó el partido, aunque sin llegar a inquietar a Brasil, que mostró toda su solidez defensiva.
«Ecuador dominó en algunos momentos y esto no puede suceder, y menos jugando en nuestra casa», admitió Rodrygo después del partido.
Los cambios de Dorival Junior tampoco ayudaron, al ser de perfil conservador y no arriesgado en busca del segundo gol.
Ni el debut de Estevao, ni la entrada de Lucas Moura modificaron el juego de un Brasil defensivo y conformista en la segunda mitad, lo que acabó desesperando a la ‘torcida’ de Curitiba.
Cierto es que Dorival Junior, que nuevamente pidió tiempo y paciencia tras el encuentro, lleva apenas 9 partidos en el banquillo y contra Ecuador dirigió su primer partido en estas eliminatorias.
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Pero también lo es que los cambios conformistas, o el mantener a Endrick en el banquillo e insistir con el inoperante Vinicius en el campo, son decisión suya.
Con este panorama, la prensa brasileña se encomienda al regreso de Neymar al equipo, una vez supere su lesión, para ser el hombre estrella y resolutivo en ataque.
La victoria calmó los ánimos en Brasil, tras cuatro partidos sin ganar en las eliminatorias, aunque las dudas sobre el juego y el rendimiento del equipo siguen bien abiertas.
El martes, en Asunción, ante la siempre combativa Paraguay, Brasil tendrá una nueva oportunidad para mostrar el rumbo del equipo en este nuevo ciclo con Dorival Junior.
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