Este martes se lleva a cabo la audiencia de declaración de imputado en los tribunales en Materia de Criminalidad Organizada y Corrupción, en contra del exministro de Salud, Arturo Bendaña, y otros funcionarios, quienes enfrentan cargos por un fraude al Estado de Honduras que supera los 224 millones de lempiras.
El Ministerio Público, a través de la Fiscalía Especial para la Transparencia y el Combate a la Corrupción Pública (FETCCOP), presentó requerimiento fiscal contra varios exfuncionarios de la Secretaría de Salud y representantes de empresas mercantiles por la compra irregular de medicamentos, suministros médicos, equipos quirúrgicos y de laboratorio.
Estas acciones, cometidas entre 2010 y 2012, resultaron en un desfalco significativo que afectó gravemente al sistema de salud hondureño.
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Los acusados, además del exministro Arturo Bendaña, incluyen a Miguel Ernesto Flores Cisneros, Moisés Torres López, Vinicio David Monterrosa Sierra, Roberto Carlos Meza Figueroa, Vanessa María Urbizo Escobar, Nelson Geovanny Alvarenga Rodríguez, Reynaldo Leiva Suazo y Carlos Octavio Rivas Sánchez, exjuez de Letras de lo Civil de Francisco Morazán.
A estas personas se les imputan delitos como fraude, prevaricato administrativo, falsificación de documentos públicos, violación de los deberes de los funcionarios y encubrimiento.
Las investigaciones revelan que los exfuncionarios y empresarios involucrados utilizaron contratos fraudulentos y licitaciones amañadas, junto con una figura inexistente denominada “xtrafinanciamiento”, para desviar fondos destinados al sistema de salud.
Parte del dinero defraudado fue facilitado por el exjuez Carlos Octavio Rivas Sánchez, quien emitió resoluciones favorables a las empresas involucradas, basadas en actas falsas e informes manipulados.
Este caso de corrupción tuvo consecuencias devastadoras para la población hondureña, privando a miles de personas de medicamentos y suministros médicos esenciales. Las víctimas, muchas de ellas con recursos limitados, enfrentaron la escasez en los centros hospitalarios y, en algunos casos, la falta de atención adecuada resultó en tragedias irreparables.
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