En la sección de clasificados de aquél importante diario, leemos un jocoso e inusual anuncio: Institución del Estado –que no es este país-, requiere con urgencia alguien que sea apto para desempeñar el siguiente cargo: Jefe de enredos y complicaciones. Ojo, cualquier parecido con la realidad es puro cuento. Por esa razón, usted lo puede tomar en broma, o en serio, y en este último caso, como reza el dicho popular: “Al que le caiga el guante… que se lo plante”.
Responsabilidades:
(1) Enredar situaciones simples y claras fomentando la controversia entre el personal del organismo y los usuarios. (2) Fomentar obstáculos en áreas donde las cosas se están desenvolviendo de manera más o menos normal. (3) Impulsar los potenciales de caos en otros sectores que se vinculen al organismo. (4) Pelear todas las veces que se pueda con la prensa. (5) Meter en problemas al ministro y por qué no, al presidente. (6) Fomentar discrepancias graves en fechas terminales para la presentación de trabajos. (7) Estar al tanto de los resultados de todos los partidos de fútbol. (8) Tener los mejores videos triple X en la laptop, para motivar a sus empleados.
Requisitos:
(1) Graduado (en este gobierno no es indispensable). (2) Tener un amigo que haya aspirado a la Presidencia de la República y que tenga cuota de poder. (3) Experiencia en sembrar la cizaña y no hacer nada. (4) Haber trabajado un mínimo de dos años en el partido, aunque sea quemando llantas, armando bochinches en las calles, pintarrajeando la propiedad privada, pegando afiches o como achichincle radial y televisivo. (5) Divorciado o en plan de divorcio. (6) Dominio total de la ciencia de la corrupción. (7) Capacidad de hacer que la institución vaya a la quiebra y las cuentas personales se fortalezcan. (8) Experiencia básica en extravío de documentos y desorden. (9) Dominio del caliche y respuestas vulgares o groseras para el pueblo.
Se ofrece:
(1) Sueldo de ministro. (2) Carro nuevo. (3) Chófer. (4) Tres guardaespaldas. (5) Celular ilimitado. (6) Voto de confianza del ministro o del presidente. (7) Finiquito al final del período.
J.J. Pérez López.
Barrio El Manchén.
Tegucigalpa, M.D.C.