Autor: Luis Alonso Gomez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. “Son clásicas las imágenes de famosos autores con un cigarro (puro) o un cigarrillo entre los dedos; algunos aseguraban que les ayudaba a escribir o a permanecer despiertos durante largas jornadas de trabajo. Además de notas o las lecturas subrayadas en los libros, algo que durante años se relacionó con los escritores fue el tabaco, que por décadas se consideró un elemento casi fundamental para la creación artística.
A pesar de que, para algunos, es solo un mal hábito, eso de aspirar nicotina se extendió desde las regiones tribales de América, hasta los rincones de Europa y los escritores eran consumidores comunes de este producto que, aseguraban les ayudaba a superar el cansancio o aburrimiento.
Esto es seguro ya que muchos escritores o artistas plásticos tienen la rutina de escribir y fumar tabaco, siendo este un compañero inseparable de la redacción. Y no es que sean pocos los fumadores que escriben, sino todo lo contario: existen muchos escritores que se han acompañado del cigarrillo para crear diversas obras, entre otros de los más conocidos, Julio Cortázar, Paul Auster, Pio Baroja, Simone de Beauvoir, Roberto Bolaño, Charles Bukowsky, Camilo José Cela y otros.
La lista de escritores aumenta y otro personaje que podemos detectar que fumaba, en su tiempo, y eso por el soneto que escribió Julio Cortázar, titulado “Los amigos” y se puede leer lo siguiente: En el tabaco, en el café, en el vino, al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos cantan sin que se sepa que, por el camino”. En otro texto de Aurelio Asiain, titulado Octavio Paz, Jaime Sabines, tabaco y otras hierbas, publicado en cuadernos hispanoamericanos, rescata frases de autores que gustan del cigarro. Tal es el caso de Tomás Segovia quien decía “sus bien amados cigarros”.
También escribe que los fumadores no eran mal vistos como ahora, y la imagen de un cigarro evocaba una hoguera intemperie, la intimidad en la noche fría, cosas así, no el cáncer y la muerte. En ese mismo texto hace referencia a una conferencia que Octavio Paz realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México (UNAM) donde hace mención que no escribió durante seis meses, porque no lograba hacerlo sin un cigarrillo en la mano”. (Tomado de www.infobae.com)
Pero para aproximarnos al contexto nuestro, la “Revista Presencia Universitaria”, en un artículo bajo la responsabilidad de la periodista Keylin Espinoza, detalla la conferencia sobre “Literatura y Tabaco”, en el marco de una visita a la Universidad Autónoma de Honduras, campus El Paraíso, del doctor Luis Alfredo Álvarez Ayesterán, de la Universidad “Andrés Bello” en calidad de profesor visitante de la Maestría en Literatura Centroamericana.
Espinoza detalla que, durante la jornada, estuvieron presentes autoridades, docentes, estudiantes y productores de tabaco para el desarrollo de la conferencia, donde el académico de origen venezolano versó sus reflexiones a manera de relación alegórica entre el habano y la literatura, ya que ambos aluden a una relación de placer y deleite.
Previo a la intervención del académico, el maestro Julio Sevilla, historiador de UNAH-TEC El Paraíso, explicó algunos datos históricos sobre la producción de tabaco en el país, citando que los mayas consumían tabaco, pero luego la práctica evolucionó a un monopolio. Honduras ha logrado colocar al puro Alec Bradley Tempus Natural Centuria en la quinta posición como el mejor habano a nivel mundial, prueba de la importancia que tiene como fuente de exportación.
El conferencista señaló que, brindaría sus impresiones sobre una estrecha relación entre tabaco y literatura, ya que consumir un habano y leer son acciones que permiten interiorizar y filosofar, sobre la vida misma. Señaló, además, que los mayores consumidores del humo (tabaco) son literatos, lo cual a muchos les permite inmiscuirse en el trabajo creativo. Pero la literatura no es solo lo que refiere, sino el modo en que se refiere; y el proceso de producción del tabaco involucra la capacidad de seleccionar, a la vez, escribir también conlleva seleccionar el contenido.
Otro de los puntos que mencionó es que el tabaco constituye parte de la identidad cultural latinoamericana, y no es para menos, dado que el arte de producción y el consumo de tabaco es similar a la producción y consumo de literatura. Leer es algo íntimo y consumir un habano también es algo íntimo que conlleva a lo interno, a evadirse de lo demás y encontrarse, concluyó.
La periodista Espinoza, de Presencia Universitaria, concluye su escrito, indicando que Danlí es conocida como la ciudad de las colinas, pero también es la cuna del tabaco, además, una de sus principales fuentes de ingreso es la exportación de este producto, y cada vez más busca perfilarse a nivel internacional como productor de puros de calidad. Apuntes de LA TRIBUNA, en varios reportajes, hasta finales del siglo pasado, Honduras, después de República Dominicana ocupaba el segundo lugar en exportaciones a Estados Unidos, Europa y en pequeña escala Asia.
Fuentes:
Presencia universitaria y www.infobae.com