Celso Domínguez Bonilla, un reconocido ganadero de 43 años de la Villa San Antonio, Comayagua, fue encontrado sin vida la noche del pasado martes en el canal seco, días después de haber sido raptado de su vivienda en el barrio San Benito de La Villa por personas desconocidas.
El hallazgo del cuerpo fue realizado por las autoridades policiales, quienes inmediatamente comenzaron una investigación para esclarecer las circunstancias del crimen del ganadero. Al lugar también llegaron médicos forenses que llevaron a cabo el levantamiento del cuerpo.
Este trágico suceso es un reflejo de la creciente ola de violencia que azota a Honduras. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), entre siete a 11 personas son asesinadas diariamente en el país.
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La directora del Observatorio, Migdonia Ayestas, subrayó que «ser joven en Honduras es un factor de riesgo para ser víctima de la violencia», y agregó que el 54,8 % de los homicidios ocurren en zonas urbanas, mientras que el 45,2 % tienen lugar en áreas rurales.
Ayestas lamentó además la creciente insensibilidad de la sociedad ante la violencia, destacando que «en el país se ve natural que se maten entre 10 a 11 personas diarias, nos volvemos insensibles a tal grado que ni siquiera llamamos para denunciar».
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