¿Son los japoneses como los pintan? ¿Y cómo ven ellos a países como Honduras? Esta y otras curiosidades del país del sol naciente las brinda Harold Burgos, uno de los pocos hondureños que ha estado frente al mismísimo emperador. En su estadía como embajador en China, Taiwán y ahora en el gigante tecnológico, este diplomático de origen ceibeño ofrece la cosmovisión de los pueblos del lejano oriente sobre Honduras, las grandes oportunidades y las grandes barreras, a la vez, para el intercambio comercial. “Primero deben saber dónde está Honduras, luego abrir paso a la parte comercial y después saber cómo hacer negocios en Asia”, señala en esta entrevista por teléfono al filo de la medianoche, hora de Tokio.
¿Cómo ha sido la experiencia al frente de esa misión diplomática?
Mire, ha sido un gran reto porque hay bastante trabajo por hacer, tenemos toda una historia con Japón y el otro año celebramos 90 años de relaciones diplomáticas.
¿Cuál es el giro de esta relación bilateral en este gobierno?
Históricamente siempre han estado enfocadas a la cooperación, específiamente, en los temas de prevención de desastres naturales, como fue el caso del huracán Mitch que todos recordamos con agradecimiento. Ahora, estamos tratando esa cooperación no solo como receptores sino en qué podemos ofrecerle nosotros y en ese sentido hay varios proyectos en marcha.
¿Como cuáles?
Mire, es un trabajo de darse a conocer y posicionar el nombre de Honduras porque usted se imagina la cantidad de inversiones de esta gente. Honduras no es un destino prioritario para sus inversiones, pero el proyecto del ferrocarril interoceánico, por ejemplo, le ha llamado la atención a las compañías de infrestructura porque se trata de un beneficio para el mundo. Japón siempre está en temas regionales de logística y ven a Centroamérica como esa opción de desarrollo en temas de trenes y puertos para el comercio mundial.
¿Es difícil penetrar estos mercados lejanos?
Lo que viene aquí, generalmente, es el café. El mercado es bien exigente y paga bien, pero nosotros debemos enfocarnos en hacer relaciones persona a persona, que haya confianza entre los empresarios, porque son ellos los que van a firmar los contratos. Hasta ahora, andamos en 60 millones de dólares en ventas al año, pero creo que hay mucho para mejorar en la oferta y la presentación del producto.
¿Qué exigen estos mercados?
Se fijan mucho en permisos, regulaciones y sellos de calidad internacional. Tenemos la ventaja que somos reconocidos por nuestra calidad en el café, pero nos falta mejorar la imagen de país, no es un trabajo de la noche a la mañana, estamos muy lejos y primero deben saber dónde está Honduras, luego abrir paso a la parte comercial y después saber cómo hacer negocios en Asia.
¿Cómo nos miran en esa región?
Generalmente, no saben dónde estamos, siempre tengo que ubicarles a Honduras a través de México en el mapa, y eso mismo hacía en Taiwán. Por los mayas o el café nos pueden conocer. Pero este es mi trabajo, este es el perfecto momento para darnos a conocer.
¿Qué deben hacer los empresarios hondureños?
Bueno, es una responsabilidad compartida porque al final quien firma los contratos comerciales son ellos, el gobierno tiene que abrir las oportunidades, pero imagine la distancia, el idioma, entonces, el esfuerzo es de ambas partes para que los empresarios japoneses puedan poner los ojos en Honduras y América Latina en general porque hay muchas oportunidades que estamos dejando pasar como región.
¿Ha crecido la comunidad hondureña en Japón?
Es bien poca, lo digo por los servicios consulares que damos de toda Asia porque somos el centro de producción de pasaportes, por ejemplo, y estamos cerca de los demás países y ellos viajan hasta aquí.
¿Hay algún programa de becas o intercambio para estudiantes?
Sí, aprovecho para decirles que SEDESOL está impulsando un programa de becas para especializar médicos. Ya mandamos la lista de posibles universidades para que vengan estudiantes médicos a formarse. Se necesita formar 700 especialistas para los hospitales que está construyendo el gobierno y Japón es una opcion para las becas.
¿Qué hacen los pocos hondureños en Japón?
Es bien curioso, muchos se vienen enamorados, porque el tema de residir en Japón es bien complejo, no es que van a venir de mesero y quedarse, es complicado, a parte que está lejos, el idioma. Como turista no ocupa visa por 90 días.
¿Pero cómo es eso de enamorado?
Es que hay algo curioso, como le decía, el japonés que visita nuestro país queda marcado, conectado con Honduras, por alguna razón, se casan, es una energía de amor.
¿Su gestión consular está al día?
Sí, recuerde que es un servicio menor a los temas migratorios comparado con los consulados de México y Estados Unidos. Nuestros casos se resuelven pronto, excepto, cuando dejan vencer el pasaporte o se les pierden y ahí no se puede hacer nada, solo pueden salir con un salvoconducto, aunque no pueden pasar por Estados Unidos, México ni Canadá.
Para quienes estén pensando hacer negocios en Japón, ¿qué les recomienda?
Ahora nos hemos enfocado en la parte política para darle impulso a la parte comercial. Como le decía, uno tiene que venir a despertar el interés, que es lo que estamos tratando de hacer, para que ellos vayan a explorar las fincas, les gusta conocer la calidad, les gusta las tazas de excelencia, eso abre puertas. Lo mismo pasa con el tabaco y el cacao. Otro punto es que debe ser a nivel de distribuidores, no a nivel personal, porque nadie compra un quintal de café, aquí le van a decir ocupo 200 mil quintales al año, con esta calidad y otras exigencias.
¿Fue complicado mudarse con su familia?
Yo soy soltero, pero para familias es un destino complejo, tienen que considerar buscar escuelas, son caras, transporte, comida, idioma, en fin.
¿Qué extraña de Honduras?
La comida, yo resuelvo con propia comida, pero no es lo mismo una tortilla congelada que una del comal.
¿Por qué no buscó un cosulado más cerca?
Por el reto, es un destino complejo, un lugar de mucho aprendizaje y la intención del gobierno de aprovechar mi experiencia en Asia, ya que antes estuve en Taiwán y China como jefe de misión. Junto con el embajador Moncada en China y Fasquelle en Corea del Sur estamos buscando una estrategia para facilitar las visitas de empresarios hondureños a estos tres países en el mismo viaje.
¿Hay algún evento próximo de interés para Honduras?
El otro año, viene la expomundial Osaka 2025 durante seis meses con millones de visitantes. Estamos gestionando la participación de Honduras como un excelente momento para promocionar nuestros productos y cultura, incluyendo la posibiliadd de traer el ballet garífuna.
Se tiene la idea de un Japón altamente tecnológico, ¿es así en toda la vida del ciudadano de a pie?
Fíjese que es bien curioso, no quiero quedar mal, porque uno tiene esa idea de aquello ultratecnológico, se ven cosas novedosas, por ejemplo, las sillas de ruedas del aeropuerto son robotizadas, camina sola, pero esa tecnología la puede ver en otros países desarrollados.
¿Hay pobreza?
De todo hay en la viña del Señor, pero ciertamente hay poca mendicidad y en la zona rural las casas son de madera sencilla, aunque van a tono a los códigos de construcción.
¿Qué publican los medios de comunicación?
Son recatados en publicaciones de violencia, más bien son noticias nacionales de la época, cuando hay política por ejemplo.
Por ser una misión lejana, ¿le pagan bien?
Cada destino tiene su particularidad y la Cancillería ya tiene su escala de salarios.
¿Cómo fue ese encuentro con el emperador al presentar las cartas credenciales?
Me recibió el 4 de abril en un acto sencillo, en un cuarto, solo hay una silla, un par de personas y nada más y un silencio lleno de simbolismo de paz y unión, es un ser humano común corriente, pero que inspira a su pueblo, quedé impresionado.
¿Le habló en español?
A mí me dijeron que él entiende español pero por protocolo me habló en japonés. También conoce muy bien Honduras por el tema de los mayas, creo que unas de sus hermanas y sobrinas han estado en Honduras en visitas imperiales.
¿Qué otras cosas le han impresionado de Japón, hasta el momento?
El orden y la limpieza, por ejemplo, cuando los niños pasan la calle giran al frente del conductor para agradecerles para darles el paso, eso, realmente, me impresiona.
¿Son “pijineros” los japoneses?
Claro, especialmente los jóvenes se divierten mucho, al salir del trabajo acostumbran ir a los bares por un trago. Incluso, me han dicho que hay un bar, aquí en Tokio, que se llama catracho.
¿Cómo le va con la comida?
Bueno, la gastronomía japonesa es de fama mundial, aparte de cara, aunque yo siempre prefiero hacerme mi comidita con tortillas, huevo, aguacate, así resuelvo.
¿Tiene algún plato favorito?
El ramen y el okonomiyaki, que es como una torta con fideo y repollo de Osaka, ese me ha gustado bastante.
¿Y con el idioma?
Estamos aprendiendo, poco a poco.
¿Se puede despedir de nuestros lectores en japonés?
Jaane o sayonara.
¿Y en chino?
Zai jian.
ÉL ES…
Harold Efraín Burgos Castro nació en la ciudad de La Ceiba el 15 de febrero de 1989. Hizo sus estudios primarios en Roatán y obtuvo el High School en Virginia, Estados Unidos. Tiene una maestría en Administración de Empresas en INCAE-Nicaragua. Ha trabajado para la Standard Fruit de Honduras, en empresas familiares y servicios de salud y café. Fue embajador en Taiwán y en misión especial en China.
